¡Ay! Difícil pensar en Aquiles sin que te venga Brad Pitt a la mente ¿eh? Si, si, ¡a mi también me pasa! Con esos brazos, esos abdominales, ese pelito, lleno de mierda... (Que cuentan las malas lenguas que no se duchó en todo el rodaje) ¡Que hombre!, que hasta lo sucio le queda bien.
¿A que después de esta introducción ya no os sorprende tanto que os diga que era un semidiós?...Si, si ya os veo las caras:
-¿Semi? ¿Como serán los dioses completos?
Pues si, la mayoría estaban buenos, ya os lo digo también.
Bueno, a lo que íbamos, Aquiles es hijo de la diosa Tetis y el rey Peleo. Y el niño salió al padre para desgracia de Tetis, muy guapo y muy mortal era el pobre. Así que la madre decidió subsanar ese pequeño detalle sumergiéndolo en el río Estigia, lo agarró como las comadronas, por un tobillo y venga pa dentro. Pero se olvidó la parte que sujetaba ella con la mano. Que podéis estar pensando: ¡joder, pos que lo sacara y le sumergiera la patita! Pero se ve que Tetis era la diosa del mar, no la de la inteligencia.
Cuando Aquiles era un muchacho el adivino Calcas profetizó que la ciudad de Troya nunca iba a poder ser conquistada sin su ayuda (que ya ves tú… ¡vaya mierda de adivino! que Aquiles era muy mono, pero de listo lo justillo, ya podían esperar sentados a que se le ocurriera lo del caballo, ya…). Ante esto su madre, como todas las madres, se preocupa, y decide esconder a su hijo cuasi mortal en la torre de Licomedes, disfrazando de mujer. Pero el disfraz no era muy bueno... Porque Aquiles se folló a la hija del anfitrión y la dejó preñada. Ante esto Ulises, que intentaba hacer la vista gorda, ya se picó:
- ¡A este me lo camelo yo! ¡Con lo presumido que es!
Pues se plantó en el palacio haciéndose pasar por comerciante de armaduras (lo típico) y la única doncella que se entusiasmó con ellas fue Aquiles (si es que los hombres de toda la vida de Dios se los pilla con el fútbol, los coches y las armaduras, ¿o no?)
- ¡Ostia, Patroclo! mira esta con pintura metalizada, casco de aleación y consistencia de titanio fundido…ya si le ponen bluetooth…
¡Que ya es ser del género tonto! ¡Que eres inmortal, Aquiles! Que armadura ni que leches, ¡cómprate una tobillera, coño!
Pero él nada, más contento que unas pascuas se fue con su Patroclo pa la guerra, ¡ay, su Patroclo! que me parece a mí que a Aquiles le iba mas el pescado que la carne… Que a la otra la dejó con un bombo y sin remordimientos, pero en cuanto le tocan a su Patroclo no responde.
Pos eso, que se fue a la guerra y se dio cuenta que aquello se le daba que te cagas, venga a ganar batallas, 21, 22, ¡23! ¡Que se ganó una esclava y todo por sus méritos!
Pero cuando el rey Agamenón (si, si, el del nombre de Pokemon) se queda sin la suya pos decide tomar prestada la de Aquiles:
- Que a ti no te hace falta joer, que tienes a Patroclo...
- ¿Como que me quitas la esclava? ¡Pos hora me enfado y no peleo!
Y se fue enfurruñadísimo a su tienda a recoger las cosas:
- Toma mi armadura, Patroclo, que tiene bluetooth.
Y se fue a hacer turismo por Grecia tan ricamente. Pero Héctor viendo tan a tiro la armadura no se pudo resistir y mató a Patroclo pensando que era Aquiles.
Esto a Aquiles le molestó muchísimo. Y volvió raudo y veloz al campo de batalla a vengar su muerte con una nueva armadura recién salidita de la fragua de Vulcano. Que ya son ganas de perder el tiempo ¡¡Vulcano, una tobillera, joder, hazle una tobillera!! ¡Que gastas menos y le cunde más! Pero nada…
Aquiles vuelve enfadisimo con los Troyanos, que es un no parar de ganarle batallas, hasta que un mal día y gracias a que Paris tenía una puntería horrible, le hieren en el talón, su único punto vulnerable y cae muerto en batalla.
Y Paris:
- Ostia, si yo a donde le apuntaba era a la entrepierna… ¡que cosas! Bueno, uno menos.
Después de su muerte aun hubo una disputa por la dichosa armadura, que decidieron conceder al más bravo de los griegos, así que compitieron Ulises y Ayax con un discurso. ¡Si! como lo oís, que los griegos eran así, mataban a los enemigos pero cuando era resolver cosas entre ellos, ya a lo civilizado: con atril y perganimo.
Ganó Ulises y Ayax se suicidó.
- Que sea más fuerte vale, pero ya que hable mejor… ¡no lo aguanto, no lo aguanto!
Baja tolerancia a la frustración que tenían estos griegos.