Isaac Newton nació en Woolsthorpe, Lincolnshire, el 25 de diciembre de 1642, y no es por nada,
pero naciendo un 25 de diciembre ya tienes muchas posibilidades de petarlo:
fundando una religión, estableciendo las leyes de la mecánica clásica, ¡como
sea! Era hijo de dos campesinos puritanos: Hannah Ayscough e Isaac Newton. Hannah
quedó viuda durante el embarazo y como era joven y recuperó la figura más
rápido que una modelo de Victoria Secret se ligó a otro pavo: el reverendo Barnabás
Smith. Ambos pasaron mucho de cuidar al pequeño Isaac, que cuando estas a tope de love en el inicio de una relación
cambiar pañales es un puto coñazo, así que lo dejaron los abuelos maternos y se
piraron a fundar un nuevo hogar.
Este abandono, quieras que no, a
Isaac le creó lo que viene siendo un trauma, de hecho tenía una libretita en la
que anotaba sus pecados (¿Qué queréis? Otros tienen un blog…) y uno de ellos
era el intenso deseo de prender fuego a la casa de su madre y Smith, ¡criaturica!
Y ya por extensión odiaba también a los
abuelos, y no os creías que los Ayscough eran esos viejitos cariñosos que
quieren mazo al nieto aunque les trate con indiferencia ¡qué va! Si el abuelo
no se enteró ni de que Isaac vivía en casa hasta que ya el chaval era
preadolescente y se lo cruzó por un pasillo:
-¡Ostias, un nieto! Fijo que eres
tú el que está llenando la casa de relojes de sol, y ¿te he estado manteniendo
hasta ahora? ¡Pues desheredado!
Es que a los nueve años ya había
construido el reloj de sol de la iglesia del pueblo y en cada esquina de la
casa por la que entraba un poco de luz había hecho otro para ir practicando,
vamos…. ¡Más relojes que en toda Suiza! Pero se ve que al abuelo le debía
rallar mazo ese constante saber del paso del tiempo.
Cuando tenía diez años murió el
marido de su madre (¡es que no le duraban
na!) y esta volvió al hogar familiar con otros tres churumbeles. La
reunificación para Isaac duró un par de añitos, antes de que lo mandara pa un internado en Grantham. Y
ahora decidme si con todo este desapego el pobre Isaac no tenía papeletas pa
meterse en las drogas y ser un adolescente conflictivo… ¡pues no! ¡La ley de la
gravedad acabó planteando! ¡¡Si es que el que vale, vale!!
Durante los años de insti, Newton
era el típico Nerd. Se había comprando una moleskine en la que iba anotando
cositas que se aprendía y cositas que se le ocurrían, y lo mismo le daba
pasarse las tardes estudiando a los clásicos y leyendo la biblia como a tope
con la aritmética. Es lo que tenía ser un hombre del renacimiento, ¡que a todo
le daban! Y como Nerd de manual que era se pilló por una niñita muy cuqui de
clase a la que le hacía casas de muñecas de madera, que era la versión siglo
XVII de ser pagafantas, porque al final ella se casó con otro y Newton no pilló
cacho… También se aficionó al tema del bricolaje, porque como no había salido
todavía ninguna de las pelis de friquis tipo Star Wars y eso para coleccionar
los muñequitos pues se tenía que hacer réplicas en madera de cosas que le
molaban y logró una pericia que hasta lo quisieron contratar pa presentador de
Art Attack, pero pasó porque tampoco era tan pringao… Tenía la habitación que
era pa verla de inventos y maquetas de todo tipo y era tan crack que un día que
se puso a hacer una réplica de un molino tope de guay que habían construido en
el norte de Grantham y no solo le salió perfecta sino que ¡funcionaba mejor que
el original! La contrapartida de este hobbie era que a veces pasaba de las
clases y empezaba a bajar las calificaciones, pero no había problema, se ponía a estudiar en serio un par de días y ¡ya
volvía a ser el number one! Por si
fuera poco hasta al deporte le daba, con
sus conocimientos consiguió ganar un concurso de saltos aprovechándose de la
fuerza del viento a su favor (que también digo yo que o pesaba muy poco o el
concurso debió ser el día del Katrina…) Lo que no se le daba muy bien era lo de
hacer amigos, y eso que el intentaba caer bien y les regalaba a los niños
linternitas de papel arrugado y les hacía experimentos con cometas, pero lo
debían ver como una especie de Pablo Motos clásico y no acababa de cuajar…
A los 18 años se piró a Cambridge
a la universidad para estudiar matemáticas,
geometría, geografía, filosofía, teología, física, alquimia… vamos ¡todo! (no,
en serio, como era de chapona la gente antes de existir las redes sociales) Ahí
fue donde entró en contacto con los trabajos de todos los grandes: Galileo,
Fermat, Huygens… Y empezó a cartearse con la Royal Society, (de la que acabó
siento el presidente y bueno, y bueno, no queremos criticar, pero por los
pasillos lo ponían a caldo de lo estricto y déspota que era, si es que… ¡dale
poder a un genio!) Les enviaba
presentaciones de power point con sus
averiguaciones para que fliparan con lo bueno que era, por ejemplo cuando les
contó lo de la evidencia experimental de que la luz blanca era una mezcla de
rayos de diferentes colores, caracterizado cada uno por su distinta
refrangibilidad al atravesar un prisma óptico no pudo contener el ego y antes
de la firma puso una notita, ya vais viendo que esto es el descubrimiento
más acojonante de los que se ha hecho
hasta ahora relativos al funcionamiento de la naturaleza ¡y puuuunto!
Recibió básicamente elogios, pero
también alguna crítica sobre todo de por parte de Hooke (el pavo de la ley de
la elasticidad) ahí empezaron entre ambos con piques. Como no hay mal que por
bien no venga en una de estas misivas del rife-rafe
es cuando Hooke le comenta sus ideas
intuitivas sobre la gravedad, que no era capaz de resolver. Newton se puso a estudiar seriamente el tema (olvidaros
ya de lo de manzana, por favor, que eso es todo una mentira, ¡no consta ni que
a Newton le gustaran las manzanas!)Y
publica los resultados en el famoso Philosophiae
Naturalis Pincipia Mathematica, (Principia
a secas para los entendidos) donde está su gran hit que es la Ley de la
Gravitación Universal las 3 leyes de la
dinámica de Newton (que no las vamos a poner porque deberías saberlas todos, y si
no ¡¡¡a Wert que vais pa que os quite la beca!!!!)
Pero los roces que tuvo con Hooke no fueron nada en
comparación del movidón que tuvo con Liebniz (que alemán tenía que ser) Porque
resulta que los dos habían llegado al descubrimiento del Cálculo Diferencial y el
Cálculo Integral, pero si Newton llegó primero, Liebniz fue quien primero lo
publicó… ¡y que pifostio se montó! Acusándose de plagio, que si uno le había
leído un manuscrito del otro, que si yo esto ya te lo había contado en un bar…
¡Varios Salvames Deluxe se hicieron para aclarar el entuerto! Y claro, toda la
comunidad científica teniendo que posicionarse, que esto era como ser del
Madrid o del Barça… Y nada, que la palmaron los dos sin arreglar diferencias,
tan racionales pa unas cosas y sin embargo pa otras…
Después de publicar Principia se mudó a Londres que eso es
como cuando un escritor de provincias lo
peta y de repente se va a Madrid, y fue ocupando cargos como Preboste del Rey,
magistrado de Charterhouse y director de la Casa de la moneda. En esa época se
centra más en lo que le mola de verdad que es la religión (cuestionándose,
entre otras cosas, el tema de la
santísima trinidad, que no lo acababa de ver) y la alquimia buscando lo típico:
la piedra filosofal, el elixir de la vida… ¡cosicas!
Lo malo de esto es que se ve que
se pasó con el mercurio y el plomo, y poco a poco fue sufriendo una
intoxicación de estos metales, lo que le llevó a pasar sus últimos años con
problemas mentales.
Murió, tras muchas horas de
delirio, el 20 de marzo de 1727, negándose a recibir el auxilio de la iglesia
por ese pequeño rifirrafe que tenían con el asunto de la santísima trinidad, y
está enterrado en la abadía de Westminster.
Os dejamos aquí un cosa muy
bonica que escribió el sobre cómo veía su vida (que también a la literatura le
daba bien el figura) y que nos parece el
mejor final para su historia: “No sé cómo puedo ser visto
por el mundo, pero en mi opinión, me he comportado como un niño que juega al
borde del mar, y que se divierte buscando de vez en cuando una piedra más
pulida y una concha más bonita de lo normal, mientras que el gran océano de la
verdad se exponía ante mí completamente desconocido”
3 comentarios:
:) Usted lo ha dicho: Hay que ver cómo era la gente de chapona antes de las redes sociales...
-y la tele...y los videojuegos, añado-
A saber cuántos Newtons se nos están perdiendo enganchados a Halo o a Final Fantasy...
Lo que si hay que añadir es que es considerado el mayor científico de todos los tiempos. Cualquiera de sus grandes descubrimientos y trabajos hubiera bastado para colocarlo en la cima del mundo de la ciencia, pero es que el tío...¡¡no paraba!!
Qué buena la cita del final. Precisamente ayer vi una conferencia de Michio Kaku donde hablaba de Isaac Newton y su gran invento, el cálculo. Muy interesante. Besotes.
Chuan Che Tzú, ¡y al Candy Crush! vaya usted a saber lo que ha frenado el avance la ciencia el Candy Crush... :)
Amaranta, la cita del final es una hermosísima metáfora. Besotes
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