SEBASTIAN I DE PORTUGAL

Sebastián I de Avis, apodado el Deseado nació el 20 de Enero de 1554 en Lisboa. Era hijo del rey  Juan III Portugal y de Juana de Austria, así que por línea materna venía  siendo sobrino de Felipe II de España y por línea paterna heredero al trono luso. Vamos que era un niño mazo de bien y  las tenía todas  para ser un pijo consentido que flipas…

A pesar de su privilegiada posición su infancia no fue fácil pues os informo, por si no lo sabíais, que los pijos  ricos también lloran y al pobre Sebas le pasaron un montón de desgracias: se le murió el padre antes de  su nacimiento y su madre, cuando él tenía pocos meses, decidió pasar muy olímpicamente de quedarse a vivir en Portugal con la suegra y si piró de vuelta a la corte Castilla, que allí iba a ser la hermanísima del rey y las fiestas España siempre lo han petado mucho más que en Portugal  ¡que los fados son un rollo y casi nunca entendía la letra! Además había visto un par de veces supernanny y pasaba mucho de ponerse a criar a un hijo. Si eso ya le mandaría cartas así de vez en cuando y hablaría conel por la Web Cam… Así que el infante se tuvo que criar con su abuela, que además era la Reina Regente, y con un tío cardenal que era un beato y un paseo…

Con ese panorama el chaval se pasaba la vida encerrado en su cuarto, que a él lo que le molaba era ser un friki, pero tenía tan mala suerte el pobre que hasta para ser friki eran malos tiempos, no es como ahora que ser friki es moderno y mola, en el 1500 no se había publicado El señor de los anillos ni había salido La guerra de las Galaxias ni había comics mangas ni nada así que se tuvo que conformar con obsesionarse con los libros de caballerías y vestirse con uniformes del siglo XI y XII para ir a conferencias sobre Las Cruzadas y esas cosas…

Con catorce años tomó Posesión de la Corona y se convirtió en el soltero de oro, que estaban todas las chavalitas nobles locas por sus huesos, porque además de ser Rey, que eso siempre es un plus y luce mucho, era así rubiales, de pelo rizo, ojos azules… ¡un bombón!  Lo que pasa es que Sebastián pasaba mazo de ir a fiestas, de ligar con tías y eso. A  él como a todo buen friki que se precie lo de socializar con la peña se le hacía muy pesao… ¡Ah! Y además era impotente que se me ha pasado decirlo…

Y aún así su tío el Cardenal y los jesuitas rallándole todo el tiempo:

-A ver Sebastián, hijo, tú cásate, que es lo propio de un rey, además nunca se sabe, que igual si guardas reposo despues en una noche de inspiración vas y fecundas… ¡Por probar!

Pero nada, no hubo manera de hacerle pasar por el aro, normal, que le entraban sudores fríos solo de pensar en el bochorno de la noche de bodas, tener que ponerse a mentir con lo de que “es la primera vez” “a mí esto nunca me pasa” ¡un estrés!

Total que con 19 años, cansado de la corte y de reinar decidió tomarse una vacaciones y fue a marruecos para desconectar un poco y bueno  ¡FLIPÓ!  Le moló el sitio, los paisajes, las gentes… Le gustó tanto, tanto, tanto, que pensó que se quedaría a vivir y entonces tuvo una ideaca:

-¡¡¡Voy a conquistar África para Portugal!!!

Así a loco, que ya hacía la ostia de tiempo que no había cruzadas y las cruzadas molaban…

Vuelve a la corte Portuguesa todo ilusionado con el nuevo proyecto  y empieza a contar sus planes a la peña. Y así de entrada se supone que va a parecer una tontería pero siempre hay nobles que pican, sobre todos los nobles medievales a los que les gustaba más una guerra que a un tonto un lápiz.

Cuando se entera su tío Felipe II decide hablar con él, que aunque el chaval esté ocupando un trono al que los monarcas españoles siempre le han tenido ganas viene siendo el hijo de su hermana y tampoco quería que se muriese a lo kamikaze y tan joven:

-A ver Sebastián… ¿estás loco? ¡Que estamos en el siglo XVI y las cruzadas están completamente out! Y no quiero criticarte, que te tengo aprecio pero… ¡tienes una mierda de ejército, las cosas como son!

Y Sebastián lejos de venirse abajo le dice:

-Ya, tito… Si yo estaba pensado que si me dejases tú el tuyo, ¡Vente a la cruzada conmigo, anda!

Y a Felipe II ya le dio la risa.

-Como mucho te dejo que lleves mercenarios de Castilla, que salgas desde Cádiz y te doy algo de pelas ¡pero no me líes, no me líes!

Y en 1578 parte de Cádiz para la conquista de Marruecos, a la batalla de Alcazaquivir.

Días antes del enfrentamiento corren los rumores de que el sultán Abd el-Malik está a punto de fallecer ¡un disgustaco para Sebas! Que si se moría el pavo se quedaba compuesto y sin guerra ¡con las ganas que tenía el de una batalla! Así que acelera el tema y se dispone a entrar en combate cuanto antes. Así emprenden la marcha en pleno agosto y con un calor de flipar, que se le murieron un montón de soldados de insolación antes de llegar al lugar clave…¡si ya lo dice el telediario todos los años que en agosto hay que hidratarse mazo! ¿que es muy mal mes para hacer marchas de guerra sobre todo en las horas en que el sol está alto!!!

Total que llega la madrugada de la batalla, estaban  los soldados portugueses preparados para entrar en  combate y ven aparecer a los 40.000 jinetes del deserto alineados en frente mientras los primeros rayos de sol hacían brillar las armaduras y Sebastián entra en éxtasis…

-¡Qué bonito, qué bonito!! Si parece una película de Lawrence de Arabia…

Abd el-Malik da la orden de iniciar el fuego y Sebastián sigue a su rollo flipando en colores, que aquello de vivirlo en directo es mucho mejor que el 3D por no hablar de la calidad de sonido de los tiros y todo eso.

Y los capitanes…

-Ejem, ejem… Su majestad igual tenía que dar usted la orden de que ataquemos o algo…

-¡Chssss! ¡callaos rallantes! Con lo bonito que es esto…

Viendo el panorama  un destacamento de Castellanos deciden pasar del Portugués, que ya intuyen que como esperen a que espabilen les van a dar las uvas,  e ir por libre y se lanzan al ataque.  A Sebastián, lejos de enfadarse por el desacato,  le da un locurón y va tras ellos al ataque también, los portugués sin ordenes que cumplir también van por su cuenta y se unen a la fiesta ¡Un descontrol!!

Como era de esperar visto lo visto ¡los moros le dieron candela!  Murieron un montón de nobles portugueses, los que no fueron hechos prisioneros, se murió Abd el-Malik, que ya estaba muy malito y su hijo tomó el mando allí en plena batalla y se murió también el joven rey Sebastián, que da mucha penita, ¡con la ilusión que le había puesto!  Bueno… La verdad es que el cadáver de Sebastián nunca apareció que hay quien dice que no se murió en la batalla, que se fue con Elvis y con toda esta peña a ese sitio donde van los que no se sabe si muren o no…

Eso si Felipe II aprovechó el vacio del trono para que las tropas del Duque de Alba invadiese el país Luso y hacerse con el trono, ¡si al final todo esto sirvió para que Portugal durante 60 años nos perteneciera!