lunes, 31 de enero de 2011

AQUILES

¡Ay! Difícil pensar en Aquiles sin que te venga Brad Pitt a la mente ¿eh? Si, si, ¡a mi también me pasa! Con esos brazos, esos abdominales, ese pelito, lleno de mierda... (Que cuentan las malas lenguas que no se duchó en todo el rodaje) ¡Que hombre!, que hasta lo sucio le queda bien.
¿A que después de esta introducción ya no os sorprende tanto que os diga que era un semidiós?...Si, si ya os veo las caras:
-¿Semi? ¿Como serán los dioses completos?
Pues si, la mayoría estaban buenos, ya os lo digo también.
Bueno, a lo que íbamos, Aquiles es hijo de la diosa Tetis y el rey Peleo. Y el niño salió al padre para desgracia de Tetis, muy guapo y muy mortal era el pobre. Así que la madre decidió subsanar ese pequeño detalle sumergiéndolo en el río Estigia, lo agarró como las comadronas, por un tobillo y venga pa dentro. Pero se olvidó la parte que sujetaba ella con la mano. Que podéis estar pensando: ¡joder, pos que lo sacara y le sumergiera la patita! Pero se ve que Tetis era la diosa del mar, no la de la inteligencia.
Cuando Aquiles era un muchacho el adivino Calcas profetizó que la ciudad de Troya nunca iba a poder ser conquistada sin su ayuda (que ya ves tú… ¡vaya mierda de adivino! que Aquiles era muy mono, pero de listo lo justillo, ya podían esperar sentados a que se le ocurriera lo del caballo, ya…). Ante esto su madre, como todas las madres, se preocupa, y decide esconder a su hijo cuasi mortal en la torre de Licomedes, disfrazando de mujer. Pero el disfraz no era muy bueno... Porque Aquiles se folló a la hija del anfitrión y la dejó preñada. Ante esto Ulises, que intentaba hacer la vista gorda, ya se picó:
-         ¡A este me lo camelo yo! ¡Con lo presumido que es!
Pues se plantó en el palacio haciéndose pasar por comerciante de armaduras (lo típico) y la única doncella que se entusiasmó con ellas fue Aquiles (si es que los hombres de toda la vida de Dios se los pilla con el fútbol, los coches y las armaduras, ¿o no?)
- ¡Ostia, Patroclo! mira esta con pintura metalizada, casco de aleación y consistencia de titanio fundido…ya si le ponen bluetooth…
¡Que ya es ser del género tonto! ¡Que eres inmortal, Aquiles! Que armadura ni que leches, ¡cómprate una tobillera, coño!
Pero él nada, más contento que unas pascuas se fue con su Patroclo pa la guerra, ¡ay, su Patroclo! que me parece a mí que a Aquiles le iba mas el pescado que la carne… Que a la otra la dejó con un bombo y sin remordimientos, pero en cuanto le tocan a su Patroclo no responde.
Pos eso, que se fue a la guerra y se dio cuenta que aquello se le daba que te cagas, venga a ganar batallas, 21, 22, ¡23! ¡Que se ganó una esclava y todo por sus méritos!
Pero cuando el rey Agamenón (si, si, el del nombre de Pokemon) se queda sin la suya pos decide tomar prestada la de Aquiles:
-         Que a ti no te hace falta joer, que tienes a Patroclo...
-         ¿Como que me quitas la esclava? ¡Pos hora me enfado y no peleo!
Y se fue enfurruñadísimo a su tienda a recoger las cosas:
- Toma mi armadura, Patroclo, que tiene bluetooth.
Y se fue a hacer turismo por Grecia tan ricamente. Pero Héctor viendo tan a tiro la armadura  no se pudo resistir y mató a Patroclo pensando que era Aquiles.
Esto a Aquiles le molestó muchísimo. Y volvió raudo y veloz al campo de batalla a vengar su muerte con una nueva armadura recién salidita de la fragua de Vulcano. Que ya son ganas de perder el tiempo ¡¡Vulcano, una tobillera, joder, hazle una tobillera!! ¡Que gastas menos y le cunde más! Pero nada…
Aquiles vuelve enfadisimo con los Troyanos, que es un no parar de ganarle batallas, hasta que un mal día y gracias a que Paris tenía una puntería horrible, le hieren  en el talón, su único punto vulnerable y cae muerto en batalla.
Y Paris:
- Ostia, si yo a donde le apuntaba era a la entrepierna… ¡que cosas! Bueno, uno menos.
Después de su muerte aun hubo una disputa por la dichosa armadura, que decidieron conceder al más bravo de los griegos, así que compitieron Ulises y Ayax con un discurso. ¡Si! como lo oís, que los griegos eran así, mataban a los enemigos pero cuando era resolver cosas entre ellos, ya a lo civilizado: con atril y perganimo.
Ganó Ulises y Ayax se suicidó.
-         Que sea más fuerte vale, pero ya que hable mejor… ¡no lo aguanto, no lo aguanto!
Baja tolerancia a la frustración que tenían estos griegos.

lunes, 24 de enero de 2011

SÓCRATES


Sócrates es el filósofo este griego que dijo “solo sé que no sé nada” La típica técnica de no crear expectativas para que luego la gente flipe con todo lo que sale de tu boquita.
Era hijo de una comadrona y un escultor, los planes del padre era que siguiera con el negocio familiar, pero después de estar una tarde dándole al cincel Sócrates decidió que aquello era un muermo que pasaba del rollo: “¿Como pretendes que pase la vida tratando de obtener una figura humana de una piedra si la mayoría de los humanos se pasa la vida queriendo convertirse en un trozo de piedra?” y el padre: ¡Si trabajases más y le dieses menos a la lengua, ¡que tienes un cuento!  Todo el día de botellón, que traes un olor a vino en la ropa que no es normal, no es normal…
Pero nada, que a Sócrates lo de la escultura no le terminó de convencer así que para sacarse un sueldecillo se alistó en el ejército, que siempre es una salida. Le tocó luchar en las guerras del Peloponeso y, aunque salvó la vida de un amigo y él fue un héroe, a los atenienses no les fue muy allá en esa campaña, que estaban los espartanos con lo de:
-¡¡ ESPARTANOS!!  ¿CUÁL ES VUESTRO OFICIO??
-¡AUUU, AUUU, AUUU!
 Que puede parecer una chorrada de grito, pero es un lema que impone la leche, ¡le ha valido hasta a España para ganar el mundial! Nosotros que nunca pasábamos de cuartos…
Al volver decidió que a él le iba el rollo de la filosofía y el padre:
-Hijo, ¡por dios! Si no sabes ni escribir. Si te preguntan cualquier cosa ¿qué dices?
- Pues eso, padre, digo que solo sé que no sé nada, que lo que hay que hacer es preguntar,   que hablando se entiende la vasca, el rollo ese de la dialéctica... Esto si lo planteo bien y le pongo un nombre rompedor a la técnica… ¡lo peta! ¡Con lo que le gusta a la gente hablar, padre! ¡Horas se tira la peña contando anécdotas!
Como era muy inteligente y a la vez muy cercano ¡un tío campechano, el Sócrates!, empezó a tener un grupo de seguidores: que si Jenofonte, que si Platón, que si Euclides…  todos con las libretitas tomando nota de lo que decía y hacía el filósofo para forrarse luego escribiendo biografías.  Porque para no saber nada dejó una pila de frases ideales para el messenger.
 Sócrates se casó y tuvo 3 hijos. La mujer se llamaba Xantipa, y estaba la pobre hasta el moño de haberse casado con el intelectual, que ni trabajaba, ni ayudaba en casa, ni ná. Son legendarias en Atenas las monumentales broncas que tenía la pareja. Una vez que ella estaba picadísima por una de las escapadas de Sócrates, le montó un pollo tremendo:
- ¡Hasta las narices de tu filosofía y tus amigos estoy! ¡Hasta las narices! Que va a ser cierto eso que dicen que no sois solo amigos… ¡si es que ya no puede ir una tranquila al mercado sin oír habladurías!
 Sócrates salió a la puerta para sentarse al fresco mientras la otra terminaba el discurso ¡Con lo que jode que te dejen gritando sola cuando estás picada! A Xantipa le dio un arrebato de ira y le tiró al marido un barreño de agua sucia en la cabeza. Él la mira todo tranquilo:
-¿Crees que me sorprende? Después de la tormenta siempre llega la lluvia, de toda la vida de Dios…
Y creo que eso debe ser lo que llaman ironía  socrática
Pero lo que más le gustaba a Sócrates era preguntar, que a falta de google la sabiduría estaba en las personas. A la técnica de preguntar a todo por qué  le llamó la Mayéutica, que lo de poner nombres raros a las cosas, aparte de imponer un huevo, da mucha credibilidad. Y la peña de Atenas estaba flipada con el filósofo, que se dignaba a hablarles e interesarse por sus vidas… Ni punto de comparación con los Sofitas, que eran todos uno elitistas estiraos, ¡que no te dejaban entrar en su garito con deportivas, ni na!
Como empezó a ser un personaje querido y popular se granjeó también muchos enemigos en Atenas. Y ya sabéis que en esos tiempos tener enemigos significaba que estaban esperando una excusa para matarte, (si, si, así de fácil…) Y Sócrates se lo puso en bandeja cuando empezó a decir que hablaba con una voz interior: el Daimon. Le acusaron de ir contra la religión, de intentar crear un nuevo Dios, de corromper a la juventud, vamos, ¡les faltó añadir que fumaba en los bares!…  y le condenaron a muerte por cicuta. ¡¡¡Que tenían una facilidad en la antigüedad para eliminar a la gente!!!
Xantípa llorando desconsolada y Sócrates:
-¿Por  qué lloras, mujer?
-Porque esta condena es injusta. Que tienes muchos defectos, ¡si lo sabré yo! Pero de lo que te acusan  sé que no eres culpable
E el otro todo picado:
-¡¡¡Osea que si fuese justa te daba igual!!! Lo que hay que oír...- y como se ve que la respuesta de la esposa no le pareció adecuada prefirió que abandonase la escena y quedarse a solas con sus discípulos contando anécdotas y esas cosas antes de tomarse la taza de cicuta.
Yo me los imagino a todos superatentos, ahí con el block de notas a la captura de la última frase, y cuando parecía que el sabio ya se iba a morir, la tensión palpándose en el ambiente,  abre los ojos y dice:
-Critón, -pausa dramática- a Esculapio le debemos un gallo; pagádselo y no lo descuidéis.
Y la palmó.
¿os parece una mierda de frase, eh? Pues no opina lo mismo Esculapio…

lunes, 17 de enero de 2011

MATA HARI


Margaretha Geertruida Zelle nació en 1876 en los Países Bajos, entre tulipanes y otras hierbas típicas del país. Hija de un sombrerero, su madre murió siendo ella una niña y su padre la cubrió de atenciones, vamos ¡que la malcrió! Y la niña creció creyéndose una princesa y convencida de que podría hacer con todos lo que le diera la gana, en especial con los hombres. ¡Monísima que era la chica, por cierto!

A los 19 años, un día, decidió que quería casarse, así que abrió el periódico por la sección de contactos (el meetic  de la época, ¡si es que al final todo sigue igual!) y contestó a un anuncio de un militar que buscaba esposa. Después de chatear cartearse durante un tiempo, decidieron casarse, que ya que tenían que hacer el viaje para conocerse pos tampoco era cosa de hacerlo pa ná.

Se casaron y tuvieron dos hijos, pero al poco tiempo el más joven murió envenenado por la niñera (un argumento de por sí solo digno de la mano que mece la cuna). Esto afectó profundamente a la pareja: El marido se dio a la bebida y ella, tan sola y tan aburrida en casa, que no le gustaba el punto de cruz ni nada, pos se dedico a especializarse en el tantra y otras técnicas amatorias orientales…
Esta nueva afición la lleva a ser un poquito infiel y un pelín libertina, porque ¡joder! las aficiones hay que practicarlas, ¡que nadie nace aprendido!
Se divorció de su marido y se fue a París, que sí, que ya sabemos que París era una fiesta.  Allí se dedicó a posar un poquito de modelo por aquí, hacer unos bailecitos a lo Shakira por allá, pero nada,  ¡que no daba arrancado la chica! Así que con ayuda de las hierbecitas medicinales que se había traído de Holanda se dedicó a adornar un poco el currículum: Que si la danza del vientre no tenía secretos para ella, que si dominaba el tantra como nadie, que si era la princesa de Java… ¡en fin!, detallitos…
Con estas pequeñas mentirijillas consiguió hacerse un hueco en el mundo del espectáculo como bailarina de estriptis mucho antes de la época del destape. Para no quedar de guarrilla se excusaba con lo de que era extranjera:

- ¡Ah!, ¿que esto aquí no se hace?  ¡Pos fíjate que en Java lo hacemos todas las princesas! De pequeñas nos dan a elegir entre aprender macramé o estriptis…
 Y los Parisiéns muertos de ganas de irse a Java, ¡claro!
 En su tiempo libre se dedicaba a ser cortesana y amante de funcionarios,  políticos y militares, que a ella (como nos pasa a muchas) de toda la vida le habían puesto cachonda los uniformes.
Pero en el fondo, Mata Hari, por muy femme fatale que quisiera parecer, no dejaba de ser una mujer, y las mujeres por mucho que se empeñe Reverte en hacernos creer lo contrario, somos de enamorarnos de toda la vida de Dios…  Y la pobre Margarita se fue a enamorar, nada más y nada menos, ¡que de un pipiolo de 23 años!  Y eso fue su ruina, si ya lo dice el refrán: Quien con niños se acuesta…

Y el joven oficial:
- Oye, cariño, tú me harías un favorcito ¿verdad?
- Lo que quieras, mi amor.
- Espíame un poquito a los enemigos,  anda, en nombre de la República te lo pido… 
Y ella:
- Hombre, si es en nombre de la República…

A la pobre la pillaron en seguida ¡que no le dio tiempo de espiar ni nada!
Y venga, ¡un juicio a lo Belén Esteban en Sálvame para distraer la atención de la plebe de la primera Gran Guerra!

Total que la condenaron casi sin pruebas y la tuvieron encarcelada unos meses antes de su fusilamiento. Durante ese tiempo sacó sus mejores armas de seducción pa ganarse la libertad, ¡pero ni por esas!
-¡Pssst, pssst! ¡Carcelero, carcelero! ¿unos bomboncitos? Pero, ¿por qué me mira así? ¡Ah! ¡Que estoy desnuda!  Jeje.  Ni cuenta me había dado…
Pero nada, los soldados ni caso, que luego al terminar la jornada ya se irían de putas  si eso, pero allí ¡disciplina estricta!
Y entre eso y que la pobre de tanto inventarse la vida terminó por creérsela, en las declaraciones se hacía un lio tremendo: que si yo soy la princesa de Java, que si fuí durante años la coreógrafa de Shakira... Vamos, ¡que se le iba mucho la pinza!
Durante el juicio pronunció la famosa frase:

-"¿Una ramera?, ¡Sí!, pero una traidora, ¡Jamás!"

Pero para entonces su credibilidad ya estaba a la altura de la de Lidia Lozano.
Fue fusilada 1917 a los 41 años, por 12 soldados a los que les tuvieron que vendar los ojos para que no sucumbieran a sus encantos.  Margaretha, antes de morir, se giró y lanzó un beso a sus ejecutores. De los 12 tan solo acertaron el tiro 4. Que digo yo que igual influiría un poco lo de disparar a ciegas... Pero tampoco quiero ser yo quien le reste romanticismo a esta historia…

lunes, 10 de enero de 2011

EL MARQUÉS DE SADE


El marqués de Sade, fue un personaje mal tratado por su época, que vale, que el chico montaba orgías, elogiaba a los antihéroes y le iban movidas raras en la cama ¡sí! Pero eso lo hace ahora, se monta un canal de TV y ¡que tiemblen Vasile y Telecinco!
En cambio en el 1700 esas perversiones estaban muy mal vistas y  no ganaba para disgustos, que cuando no lo encarcelaba el absolutismo, lo encarcelaba la asamblea revolucionaria y si no el canijo de Napoleón. Treinta años a la sombra se pasó el pobre con la tontería , que ya puedes ser Gandhi que con tanto puteo le entra la vena sádica a cualquiera… Si ya lo veo en la cárcel contándole a su compañero de celda:
- No, si yo era bueno y me leía la Biblia todas las noches , pero también te digo que cuando salga de aquí ¡¡se van a enterar!! Voy a hacer historia: Sodoma y Gomorra a mi lado ¡van a parecer un retiro espiritual!
Pero, a ver, empecemos por el principio: Donatien Alphonse François de Sade nació en París en el 1740, y como era marqués y se podía dedicar a lo que le saliera de sus prominentes narices pos se dedicó a escribir guarrerías, a describir violaciones y perversiones varias. Tenía sangre de Borbones por parte de madre, así que tampoco nos vamos a hacer los sorprendidos… A los 14 años ingresa en una academia militar de donde sale 7 años después para instalarse en el palacito familiar en la villa de Lacoste (que para los que no lo sepais debe ser algo así como una ciudad con forma de lagarto, donde todos parecen hijos de Isabel Presley y dicen cosas como “oséa, te lo juro por snoopy”). Allí su padre ya le tenía concertado un matrimonio estupendo con una noble de la época. Se instalan en un castillito en Normandía que tenía la familia de la novia, y  ¡a pegarse la gran vida! A los cinco meses añora las juergas de París y decide volver a las andadas:
-Venga, anda, solo una noche, si me voy a portar bien. Voy, veo a los colegas, un par de birras y me vuelvo a Normadía.
Pero el par de birras se le fue de las manos y acabó en libertinaje y posteriormente en el calabozo de donde lo tuvo que ir a sacar su mujer, roja de vergüenza:
- Anda que… ¡cómo me las lías, cómo me las lías! A partir de ahora si quieres follar te vas de putas que a mí no me vuelves a tocar, ¡y ni un escándalo más, que la tenemos!!
Dicho y hecho, primero convence a la mujer para instalarse en París, que como ya saben todos los buenos Bohemios Paris siempre ha sido una fiesta. Y una vez allí una locura de prostitutas, amantes, orgías y aberraciones a un ritmo que no aguantaría ni el mismísimo Nacho Vidal en los mejores tiempos, que lo que habría que hacer, en vez de criticarlo tanto, es ponerle una medalla: “¡¡ole, tu aguante!!! ”
En  1772 se le fue un poquito la mano y acabó envenenando a dos prostitutas con afrodisíaco a base de mosca española. ¡Venga ya! ¡Que baje Dios y lo vea! Pero podría asegurar que a base de mosca española no se mata a nadie,  es más, no creo que a base de  mosca española seas capaz de follarte a nadie… Pero bueno, ya se sabe, cría fama... Sade ante esto, y después de haber pasado ya largas temporadas en la cárcel dijo “pies,¿para que os quiero? “ Sedujo a su cuñada , abadesa de un convento para más señas, y se marcho a Italia. Esto a la suegra ya le pareció el colmo, que le perviertan a una hija vale, pero dos ¡ya es reírse de una! Así que se convirtió desde entonces en su más temida enemiga.  Y ahora decidme los que tengáis suegra, acojona ¿eh? Pues ella ya se encargó de que lo encarcelaran en Cerdeña y luego él se las arregló para salir, y luego ella ya se encargaba de que lo volviesen a meter entre rejas  y así, como en un episodio de Benny Hill, se pasaron varios años a lo tonto.
-Que eres un guarro, ¡que has contratado a 6 adolescentes para hacer guarrerías con mi hija!
- Señora, que su hija es la más puta de todas, por favor…
En 1784 ya ganó la suegra y lo llevaron a la Bastilla donde permaneció 13 años dedicado a escribir cosas tan tiernas como 120 días en Sodoma  y a protagonizar enfrentamientos en la cárcel.
A los 51 es puesto en libertad, con obesidad mórbida, enfermo de pulmón, moralmente hundido y con una ceguera cada vez más inminente (si va a ser verdad que tocarse es malo, chicos, ¡yo me andaría con ojo! Nunca mejor dicho, jeje)
Rechazado por su mujer empieza una relación con una actriz cuarentona y se dedica a escribir novelas como:  Aline y Valcour o Justine , consideradas ambas altamente escandalosas. Entre unas cosas y otras lo siguen arrestando cada poco, a veces incluso sin saber por qué:
- Oye, que hemos traído al de Sade, que no sabemos lo que ha hecho, pro mejor prevenir
- Ups, pos los calabozos están ocupados.
- Pos a las letrinas entonces…
¡¡Y nueve semanas en las letrinas por el chiste!!
Hasta los huevos de tanto puteo ya se deja arrestar por las buenas y en sus últimos años su ex mujer y sus hijos interceden para que en vez de tanta cárcel lo manden al manicomio de una puta vez, donde muere en 1814. Dicen que en su epitafio puede leerse  “ esto es lo que pasa a los chicos malos “

lunes, 3 de enero de 2011

CLEOPATRA

A ver, que salga ya la verdad a la luz: Cleopatra no era era guapa, no os dejéis engañar por las pelis de romanos, ¡todo mentira, todo mentira! Era del montocillo, pero tenía charm, glamour y se sabía sacar partido: que si unas cremitas por aquí, unos polvitos por allá (sí, sí, polvitos de esos también). Además fue el primer ejemplo de chica cosmopólitan: una muchacha de origen griego, reina de Egipto que traía a todos los romanos de cabeza.
A pesar de ser de la realeza y tal su vida no fue tan sencilla, que con 17 años la obligaron a casarse con su hermano pequeño, de 10, para poder ser faraona de Egipto. Ahora, los que tengáis hermanos, imaginaos lo chungo que es eso, que con las que se arman para elegir el canal de la tele ¡¡imaginaos la que se puede liar por el control del mando de un país!! Así que se pasaban el tiempo echándose pullitas:
-“Cleo, me voy a chivar a los Griegos que andas mucho con Pompeyo”
-“Ay, enano, haz lo que quieras, que me tienes frita”
Y Ptolomeo se chivó y expulsaron a Cleopatra a Siria. Ahí ella se pilló un rebote tremendo:
-“¡Lo mato! ¡Lo mato! Esta vez se ha pasado un huevo, ¡que expulsarme de Egipto no es lo mismo que ocupar el baño por la mañana! Me voy a echar un novio buenorro, con ejércitos y todo y la venganza va a ser tremenda”
Casualidad que al poco se enteró de que Julio Cesar estaba en Alejandría, se coló en su hotel cual grupie de toreros y se lo llevó al huerto y como además tenía don de gentes y una voz muy seductora el general se quedó prendado de la faraonita. Su hermano reaccionó como cualquier hermano en cualquier época de la historia cuando la hermana adolescente se echa un novio nuevo: incordiando.
-¿Que está en Alejandría con un rollete? pues vamos a cercarles el palacio, que no puedan salir a ver que pasa.
No contaba Ptolomeo con el su cuñado no entendía esos chascarrillos familiares y montó en cólera, pidió refuerzos a Roma y ¡ardió Troya!! Digo, ¡ardió Alejandría! literalmente además, que si batalla por aquí, quema de naves por allá, vamos que la cosa se puso fea, Ptolomeo puso pies en polvorosa y con las prisas se cayó al Nilo y nunca más se supo. Cleopatra recuperó el mando y para agradecérselo llevó al general Romano de crucero por el Nilo y de visita a su país:
- Pues si, Julio, como te contaba, soy la que gobierna todo esto, es todo mío, soy lo que se viene diciendo un partidazo.
Y él:
- La verdad es que hombre que te lleve… ¡menuda suerte! Yo porque estoy casado, que si nó...
-¡Ups! Ese pequeño detallito, bueno… no soy muy celosa, tu llévame a Roma y ponme un pisito que ya veremos cómo arreglamos.
Y durante los siguientes años se pegó la gran vida, ¡ríete tú de Mujeres Ricas!: Desfiles por Roma, recepciones, una estatua de oro a su imagen y semejanza, por no hablar de la mejora de su fondo de armario. Lo que pasa es que los romanos eran muy suyos y no veían bien que el César estuviera con una extranjera: "Esta fijo que viene por la fama y el dinero y lo de quedarse embarazada fue claramente para pescar al Julio, que con la legítima no tiene descendencia, y conseguir la nacionalidad”
Julio Cesar hacía oídos sordos así que tomaron una solución radical, que en la antigüedad no se andaban con chiquitas: lo mataron.
Cleopatra se quedó afectada pero tonta no era, así que dijo: “bueno, yo me voy a ir yendo, que tengo Egipto medio desatendido y me ha entrado así de repente una nostalgia… Y a ver si uno de estos atractivos soldados me acompañan, que los Italianos de siempre habéis sido muy caballerosos y dejar así a una chica sola no está bien. Marco Antonio, por ejemplo”
En el viaje se gustaron y después cuando Cleopatra estaba sola en su palacete egipcio se puso a pensar en él y en que no le importaría volver a Roma, que le había gustado el sitio y luego ya él le mandó un sms y quedaron en Tarso. Cleopatra se puso divina para la ocasión y le llevó un montón de cestos de fruta, que a los hombres se los conquista por la cama o con la comida de toda la vida de Dios, eso se sabía desde Egipto a Bizancio. Y bueno… ¡flechazo total! Tan bien estaban que ya no hacían ni vida social, todo el rato juntos y los colegas: “Marco Antonio, recuerda que mañana quedamos para ir a la guerra con los Turcos” y él “mmm… Creo que no voy a bajar, voy a coger con la Cleo una peli, sofá y mantita y…” Y los amigos rebotadísimos, que ya nunca invadían ni ná. Con el tiempo lo acabaron liando para un finde en Roma, que a los colegas tampoco se les puede abandonar tan fácilmente y le dijo a su amorcito: “Cariño, tu quédate aquí para dar a luz (que la Cleo estaba en estado otra vez) y eso, que vuelvo en un par de días” Vamos que iba a tomar algo y lo liaron… Volvió a Egipto cuatro años después y… ¡Casado! Con la hermana de Augusto, nada menos, que debía pensar Cleopatra: “Hombres, esa raza falsa... Si la culpa es mía pero liarme con Italianos…” Y el Marco Antonio: “Que fue todo culpa de los otros, en serio, que me liaron, empezamos poniéndonos al día, una cosa llevó a a la otra y…”. Y una mujer enamorada lo perdona casi todo y más si el tío se pone en plan arrepentido y lleva algún detallito, yo que sé:, una isla, unos territorios en Fenicia, le promete matrimonio, esas cositas… Pero en Roma no se tomaron la reconciliación demasiado bien que Augusto pensaba “¡Con mi hermana solo me meto yo! a la faraona esta la cogemos y la paseamos prisionera por Roma y luego de esclava”
Y a ahí ya… empezaron con las guerras, empezaron a perder las guerras… a Marco Antonio le empezó a entrar el canguele y daga al pecho que te crió. Y Cleopatra se quedó sin churri y con la perspectiva nada alagüeña de ser escalva, ¡Esclava ella que siempre había pensado eso de “antes muerta que sencilla”! Siempre le quedaba la opción de camelarse al Augusto, pero estaba ya hasta moño de romanos, que no le duraban nadita, así que pidió su última comida, un cestito de frutas de temporada enredadas con áspid, lo último en  nouvelle cuisine para suicidios, que hasta para morir hay que tener clase, y acompañó a Marco Antonio a la vida eterna.