LA BELLA OTERO

La Muchacha esta de la foto es la primera artista Española de fama internacional y una de las actrices y cantantes más cotizadas de la BELLE EPOQUE. Ya sé que tanto por la pose como por el atuendo podía parecer una imitadora de Shakira, que todos nos la podemos imaginar empezando a mover las caderas a loco como la colombiana, pero nop, esta tía era Gallega, concretamente de Valga, Pontevedra, nació el 4 de noviembre de 1868 y era hija de una campesina pobre y un tío guarro y sinvergüenza, Zapatero Remendón para más señas,  que dejó a la madre de Carolina preñada y luego se desentendió…

 Su nombre completo era Agustina Carolina Otero Iglesias y tuvo una infancia bastante desdichada, porque a parte de ser pobre, que eso siempre es mu triste, con 10 años un gilipollas abusó de ella y bueno… eso es una putada de las grandes. Pero la Carol era una tipa fuerte y no iba a dejar que ese episodio la sumiera en una depresión y  acabara con su sueño que era ser una gran actriz que lo peta de superfama mundial y ganar un óscar y ser portada de vannity fair y todo. Así que en plena adolescencia se une a un grupo de titiriteros que pasaban por la zona y se pira al típico sitio al que se va todo kiski que quiere triunfar en el show bussines: ¡PORTUGAL!  ¿Qué no? ¡Pues  no veas tu si le funcionó a ella!

 Empezó cantando y bailando en tugurios de mala muerte de ciudades de provincia hasta que llegó a Lisboa y como estaba muy buena, que por algo le llamaban LA BELLA OTERO, empezó a reventar los locales: lleno todos los días, aplausos de 20 minutos, ¡la locura! y ahí fue cuando empezó pensar que Portugal le quedaba pequeño, que tenía que ir a donde se cortaba el bacalao:¡A PARIS! (bueno, cortar se corta más bacalao en Lisboa que en París, pero ya me entendeis…)

Hay otra versión que dice que a Portugal se fue con Paco, un chaval del que se había pillado y que luego la dejó plantada y que a partir de ahí Carolina empezó a pensar que todos los tíos eran unos falsos asquerosos, y como la había dejado sin un duro empezó a trabajar de camarera y luego de bailarina y que fue así como empezó en lo de la farándula…

Fuera como fuese Portugal se le quedó pequeño y para ir a París no tenía pelas que no había Ryanair ni bed & breakfasts ni ná (si eg que… antiguamente era todo mu duro…)  así que paró en Barcelona una temporarita para conseguir financiación para el viaje, que en Cataluña siempre hubo pelas, y aunque fuesen agarrados Carolina sabía hacer que los hombres soltasen la guita, que dominaba ella muchos tipos de arte y además de cantante y bailarina era también un poco putilla ¡pero de las buenas, eh! De las que se lían con un banquero y lo acaban enamorando y consiguiendo que el tío le ponga un Piso en Marsella, le busque curro de cantante, le dé un préstamo  y no le cobre ni intereses ni ná. Así fue como llegó al territorio de los Gabachos y también como se dio cuenta que lo de tener sexo por dinero, si era por muuuucho dinero, tampoco estaba tan mal, que lo de tenerlo por amor estaba bien, pero si era por muuuuucho dinero…

 Dejó al banquero plantado y sin un duro y se piró a París y empezó a hacer entrevistas de trabajo, Carolina, que era muy espabilada, vio que lo que le mola a los extranjeros de España es lo de los toros y el flamenco y ella, pues mira, a Galicia le tenía aprecio y esas cosas pero si hay que renegar de los orígenes para conseguir un buen curro… ¡se reniega! Que en el curriculum mentimos todos, así que además de poner que dominaba el francés oral puso también que era andaluza, gitana de siempre de toda la vida, prima lejana de las Azúcar Moreno pa más señas…

-¿Y de que paggte de Andalucía viene siendo, madmoiselle?

-¿Yo? Pué de Caí mismo, filliño, enfrente de la bahía nasín…

-Muestgenos su agte, pogg favogg.

-Le voy bailá un fandanguiño que lo sé hasé mu bie…

Y claro está que no sabía, pero a ver ¡los franceses tampoco son expertos en baile tradicional español!  Que se van de guays pero no diferencian una muiñeira de una sevillana... Así que la otra se ponía a menear la cadera a lo Shakira, se desmelenaba un poco, enseñaba pantorrilla y colaba, colaba como danza temperamental,  muestra de pasión gitana y sangre española  y eso. Y  no perdamos la perspectiva de que era LA BELLA OTERO, es decir de que estaba buena, y eso quieras que no es un plus. Fue tal su fama en la ciudad de la luz que en nada la hicieron fija en el FOLIES BERGÈRE que era uno de los mejores cabarets de la ciudad y como su popularidad traspasaba fronteras su espectáculo salió de gira y visitó Nueva York, Argentina, Brasil, Rusia…

Y su colección de éxitos fue casi tan extensa como su colección de amantes…  Bueno, a lo que nosotros llamamos amantes había mucha peña envidiosa que le llamaba clientes, que se cuenta que la artista no levantaba la falda gratis, que ejercía la prostitución de lujo y cosas asín… Pero, ¿qué culpa tenía ella de que le gustaran los tíos generosos? A otras le gustan simpáticos, o morenos, pues a ella le ponía mazo que tras el primer ayuntamiento carnal le regalasen un yate, un anillaco de diamantes, una isla, y claro, si quieres que te regalen una isla pues no te follas a cualquiera, ¡te follas al Emperador de Japón! (¡true story!) ¡Si ponía ella más requisitos para buscar amantes que muchas para buscar marido! Porque si no eras el presidente de la república francesa o no tenías un número romano entre el nombre y el país (algo así como: Guillermo II de Alemania, Nicolás II de Rusia, Leopoldo II de Bélgica, Alfonso XII de España, Eduardo VII de Inglaterra) lo tenías jodido para llevártela al huerto…

La Bella Otero lo que era es una progre. Que le molaba lo de los follamigos millonarios y el sexo sin implicaciones (bueno, sin implicaciones sentimentales, las implicaciones económicas las entendía…)  pero los tíos se acostaban con ella ¡y se le enamoraban! Sería por el atractivo de la indiferencia o algo, pero era pasar una noche con Carolina y ponerse a escuchar canciones de Maná… Y como la tía no les correspondía o se metían a cantautores rollo Alex Ubago o se suicidaban, ¡hasta 7 se quitaron la vida por no conseguir el amor de Carol! Dejándole unas cartas de despedida ahí topepasionales, de las que se ve que ella pasaba mucho…

Total que entre los espectáculos, sus labores de meretriz y los regalos de sus enamorados llegó  reunir con 46 años  lo que viene siendo unos 15 millones de euros en la actualidad, y cuando llegó a esa cifra vio que ya no le compensaba seguir trabajando así que se retiró a Niza, un peazo mansión que flipas y se dedicó a escribir sus memorias ¡que entre lo que le había pasado de verdad y lo que se inventaba tenía más anécdotas que Ana Obregón!  Y a dilapidar la fortuna, que una de las cosas que debe molar de tener pasta gansa es gastarla a dolor, lo que pasa es que se volvió un poquito ludópata y perdió el norte, se pasaba las noches en los casinos y claro, eso no hay cuenta bancaria que lo resista y además ella fue superlongeva, que vivió hasta los 97 años y claro… vas gastando, gastando ¡y te quedas sin un duro! Por suerte los del casino de Montecarlo, que se ve que eran gente maja,  tuvieron a bien tener un detalle con ella por todo lo invertido en fichas y corrieron con la cuenta de la pensión de Niza donde pasó sus últimos otoños, ¡si es que  ya lo dice Drexler que cada uno da lo que recibe, luego recibe lo que da y ese rollo…!